jueves, 27 de marzo de 2008

Porque usted lo pidió

Listo!

Blog actualizado lo mejor que pude, con nueva imagen y todo. Por ahí abajito está la última entrada actualizatoria, eso hasta que se me ocurra otra. Prometo ya no abandonar a mi niñito cibernético*.

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*que no, que no tengo un hijo por internet, eso ni se puede y es muy naco. Me imaginé con la foto de un niño como protector de pantalla, y que yo contaba mentiras y decía que era mi hijo. Todo esto fue muy naco. No tengo niños de mentiritas.

Y el borracho de la semana es......

Maaaaaaaagnuuuuuus!!!!
Borracho memorable. Primero nos la rayó a todos en su fiesta. Olvidó la contraseña de su casa, estrelló una lata de cerveza en un parque, rodó por el pasto gritando como poseído (lo tengo en video, pero muy oscuro), le agarró las nalgas a una muchacha en un antro, fue cuasigolpeado por el novio de 2 metros. Jugamos carreritas en un parque. Tiró todas las cosas de su casa. Intentó agarrarme una boobie para explicar de qué tamaño las tenía una muchacha que no conozco. Tuve la conversación más sinsentido de toda mi vida. Y él no recuerda nada.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Odio irme a dormir enojada y con ganas de llorar. Necesito un abrazo.

Cortazar

Había creído poder empezar a vivir de otra manera, por ejemplo una tarde en que se había metido a escuchar un concierto insensato, y después…Después había llovido tanto, para qué darle vueltas al asunto.


martes, 25 de marzo de 2008

Pausa

Estaba escribiendo una larga y actualizatoria entrada cuando me entero de yo, la señorita Monse, iré a las montañas de Eslovaquia con no sé quiénes. Nota: no tengo ropa apropiada, no sé esquiar y no pretendo intentarlo con un abrigo de lana, no tengo ropa limpia. Fui invitada según hasta el martes.. y no, que ahora hasta el viernes. osh.

Veloz actualización para seguir con la historia

Después de abandonar mis planes post-comunistas y resignarme al hecho de que mi visa quedará intacta en la página 7 del pasaporte, comencé a salir a la luz del sol, a integrarme a la vida que dejé 12 horas para encontrarla diferente.
Al principio costaba mucho no llorar camino a la escuela; esos treinta minutos en camión daban para un hilo de ideas muy largo. Empecé a encontrarme con amigos en la calle, y a repetir mi historia una y otra vez, de manera más breve conforme crecía mi desencanto. Decía que ya no pensaba en Rusia, que no me arrepentía de haberme quedado: la verdad es que mentía la mayor parte del tiempo.
El problema conmigo es que no puedo tomar un acontecimiento de manera aislada. Cualquier cosa, por pequeña que parezca implica siempre algo más. Desde niña sentía la necesidad de explicar el universo y todo lo fundamental desde la experiencia cotidiana. Entonces, permanecer en Polonia no era sólo una decisión madura porque qué país tan peligroso, qué ciudad más cara, etc. etc. No, definitivamente no era eso.
Todo tenía que ver con la fuerza del deseo. Hubo un momento en la estación en que debí doblar las manos sin darme cuenta. Ahora que lo daba todo por perdido, me preguntaba si había algún otro deseo oculto, como el de permanencia. Tal vez estaba cansada de no estar en ningún sitio porque siempre me concentraba en el paso siguiente. Rusia iba a convertirse en mi hogar definitivo. Entonces, ¿por qué dejarlo ir para convertirme nuevamente en ese viajero que no logra llegar a casa? O, probablemente, Polonia ya se estaba convirtiendo en eso, en aquel punto, en aquella estación en medio de la nada.
El peso del destino. Había pensado en Rusia ininterrumpidamente por más de un año. De nuevo la fuerza del deseo: nadie lo merecía más que yo, todavía estoy segura de ello. Puedo afirmarlo, luché por conseguirlo, lo logré. Pasé muchas noches reflexionando al respecto. De pronto, pareció convertirse en una especie de destino. Todo había ocurrido porque así debía ser. Yo debía estar ahí, todo parecía desembocar en San Petersburgo de algún modo. Creo que no pude soportarlo. Convertí todo esto en una suerte a la que renuncié deliberadamente.
Hay una enorme diferencia entre el destino y el deseo. El primero es una carga que cae pesadamente sobre nuestros hombros. No podemos comprenderlo. Es hijo caprichoso de la Fortuna. El deseo, en cambio, es enteramente nuestro, hijo de nuestra condición humana. Siempre he creído que nuestra vida depende del deseo. Estar con alguien, ir al mismo café todas las mañanas, comprar un nuevo coche, abandonarlo todo un viernes de madrugada. Siempre hay un momento en el que inclinamos la balanza, siempre hay un momento en que dejamos de querer, siempre hay una lucha interna entre nuestro deseo y todo lo que escapa a nuestras manos.
Y así dejé de desear ese monstruo que había creado. Esperé tanto, hablé tanto al respecto que de pronto no pude manejarlo. Después, todo el mundo tenía su opinión al respecto. Algunos lo tomaron como un fracaso, porque era más fácil pensar que tuve miedo. Pero sé que no fue así, sé nadie más lo hubiera logrado. Lo hice. Llegué lejos. Me costó tiempo llegar a la conclusión que no me di por vencida.
Y aquí la vida siguió su curso. Las tiendas abrieron como cada mañana, los trenes siguieron llegando con retraso y los niños tomaron sus cosas para ir a la escuela. Yo me convertí en el pasajero de las 11:30 y comencé a esperar tus llamadas.

lunes, 24 de marzo de 2008

¿Me estás oyendo, inútil?


Estefanía es mi mejor amiga :) En la secundaria nos preguntaban que si éramos hermanas, que según esto nos parecemos. Casi siempre vamos vestidas del mismo color sin darnos cuenta. Generalmente nos gritamos cosas ofensivas y nos pegamos. Tenemos todo un repertorio de chistes que absolutamente nadie entiende. Cuando me acuerdo de sus bromas río sola (¿con acento?) y los demás me ven feo; cuando lo cuento a nadie le parece gracioso.
Me da consejos muy buenos. La última vez que hablamos se despidió de mi con un "¡cállate!". Ella siempre sabe cosas de las que yo caigo en cuenta mucho más tarde, sabe lo que me conviene :)
Hace una semana le mandé un correo explicándole la manera de mandarme mensajes al celular gratis. ¿Cuántos he recibido desde entonces? Ninguno!!!!!!!!! ¿pero qué te estás creyendo? ¡es gratis! Maldita sea, es gratis como meterse en problemas o dejar de querer a Horacio Oliveira.
Escríbeme amiga ò_ó
aaaarrrg

¿Me estás oyendo, inútil? Que me perdone tu perro!!! (ah, no, no tienes)


Aaaaaaaaaasco de persona. Borraré la entrada anterior. Comencé a recordar detalles esta mañana, y creo que bailé sola y Ciro bailó como ........ cumbia? Nooooo, me siento muy mal, siempre hago ridículos que no son lo suficientemente ridículos como para que digan "ay, pobrecita, está borracha". Nota cultural, hasta mi amigo que no sabe español leyó la entrada, me vio feo y me hizo muchas preguntas en plan "la cagaste"
ash

domingo, 23 de marzo de 2008

AVISO

Léale usted abajito: Y qué fue de Monse? segunda parte

miércoles, 19 de marzo de 2008

Voy tarde a clases u.u

Feliiiiiiizzzz

Asi me siento hoy. No se por que, pero de pronto todo es alegria a mi alrededor. Hasta llegue temprano a la escuela. Y ya, no se que mas decir. Ya casi es la mitad de la segunda temporada y yo que no termino de actualizar el trinche blog.
Pero hoy, hoy es un buen dia.

martes, 18 de marzo de 2008

It's rather sad

We'll choke on it and die

Y que fue de Monse? segunda parte

Inicio de mi aventura post-comunista:
Hice mis maletas en 2 horas aproximadamente, con el temor a olvidar objetos importantes, como suele pasarle a uno cuando deja los deberes para el ultimo momento. Pensé que tenia mucho tiempo, así que salí con Brian a comprar cosas para mi viaje y a "comer", pero la verdad es que el tiempo no alcanzaba; compramos comida de Mc Donald's y la tuvimos que comer como en tres minutos.
Revisé mi correo "por si las dudas"..............."señorita Márquez, usted tiene que estar en Moscú el viernes (día de mi viaje) porque el lunes es festivo en Rusia y cuenta con DOS maravillosos días para arreglar su situación migratoria. Nota cultural: no vamos a pasar por usted, así que arrégleselas para llegar a la universidad y decirle al portero que usted es usted para que la deje entrar a su nuevo hogar." Brian murió de risa. Genial.
Llegué a la estación más o menos 20 minutos antes de la salida del tren. Ola, mi roomie maravillosa, me compró dos bolsas de comida "por si te da hambre en el camino", y Brian subió mis maletas al tren. Aquí debo hacer una pequeña pausa. Pinches con sus trenes destinados al hacinamiento de las personas en plan "los llevamos a las minas de Siberia" por más o menos 18 horas de viaje. En el compartimiento para "tres personas" ni siquiera podía estirar las piernas. Tenía tres literas con un espacio mínimo entre ellas, una mesita con lavabo, un -repito- UN vaso para que TRES personas se enjuagaran los dientes... y un florero vacío. Qué detalle. De cualquier modo, en el momento me pareció divertido, pero la rusa al lado de mí se quejó horriblemente.
La rusa de al lado. Una muchacha de mi edad con un ojo verde y uno gris, con ropa bonita y un piercing arriba de la boca. Teníamos demasiadas cosas en común, como el gusto por el color morado. Me contó que anda con un polaco (yo lo vi, era todo emo); se conocieron en Berlín y ahora, sin haberlo planeado, son novios de lejos. Pobre muchacha, salir de Rusia es complicado, necesitan visa para TODO el mundo. Se sorprendió de que yo pueda entrar y salir de Polonia cuantas veces me venga en gana, de que no necesitara ninguna invitación, etc. etc. Oh, y ellos tienen dos pasaportes, uno para dentro del país (¿?) y otro para el extranjero. Me preguntó por los míos y yo... "no, pues nomás tengo uno...."
El tren comenzó a andar. Sin darme cuenta, pasaron tres horas de amena charla con Katya. En ese lapso me habló Kasia tres veces, para platicar conmigo, despedirse e informarme que había pensado irme a despedir, pero salió del trabajo demasiado tarde. Michal me empezó a mandar muchos mensajitos y a llamarme. Cuando abrí mi mochilota, encontré una caja de chocolates y una tarjeta de Ola. Brian también me escribió. Sentí muy bonito.

La parte triste del relato:
Estaba lista para empezar lo que pintaba como la aventura más grande de mi vida. Había conseguido que una rusa pasara por mí a la estación y me llevara a la universidad. Estaba dispuesta a apañármelas en ruso como me fuera posible. Hablé mucho sobre Moscú con Katya. Me decía que no le gusta, es demasiado grande e insegura, a nadie le importas, cosas así. Pero no pasa nada, ¿o me equivoco?
Al llegar a Belarús (o Bielorusia, como le quieran llamar), se sentó un hombre al lado de nosotras. Creo que nos molestamos un poco, porque el compartimiento era para mujeres. Uno de los hombres del tren nos dijo que sería por poco tiempo, así que continuamos platicando.
Después de 7 horas de viaje, nos detuvimos en Brest. Los guardias me pasaron una forma migratoria que llené rápidamente. Entregué mi pasaporte. Después de 15 minutos, llegó un hombre vestido de soldado. Pasó todas y cada una de las páginas de mi pasaporte, haciendo preguntas sobre cada viaje que tenía marcado. Contestaba en inglés, Katya lo traducía al ruso.
El hombre volvió a irse. Mis dos acompañantes hablaban en ruso; me miraron y dijeron "estás en problemas".
El guardia no volvía. Pregunté lo que pasaba. Me pedían una visa de tránsito. El hombre al lado de Katya comenzó a explicarme que, si me dejaban en paz un poco, podía bajar, tomar un taxi y pedirle que me llevara a la próxima estación, donde podría alcanzar el mismo tren. Era viernes por la noche, por supuesto que no iba a hacerlo. Además, con todo el equipaje que cargaba, era ridículo. Después me dijeron que, si me hacían volver a Polonia, debía tomar un taxi a una ciudad pequeña donde está el consulado, para comprar una visa. Era fin de semana, ¿qué esperaban? ¿qué el consul me abriera la puerta de su casa y me diera de cenar? Ridículo. No entendía nada.
Así pasó una hora. El hombre iba y venía, los otros pasajeros discutían con él y me miraban espantados. Katya me dijo: "debes ir con él". Quise cargar mis maletas. No pude. Olvidé ponerme el abrigo. Para qué detenerme en esos detalles.
Me llevaron a un cuarto adentro de la estación. Y aquí es donde prefiero aplicar la evasión cortazariana: "Algún día te tengo que contar, si es que vale la pena, y no la vale." Sé que sólo hay una persona en mi mundo conocido que puede entenderlo. Podría tratar de explicarlo, pero lo único que conseguiría sería sentir lo mismo otra vez.
Creo que en esas siete horas de espera dentro de la estación fue cuando perdí la batalla ("Ya ni siquiera palabras para seguir contando la batalla puesto que no hay batalla" diría Cortázar). Para entenderlo tendrían que haber estado mirando el techo, preguntándose si alguien pensaría en ustedes, así, solos en mitad de la noche. Tendrían que haber sentido el frío meterse por debajo de la ropa, la sensación de calor en la garganta cuando te aguantas el llanto. Tendrían que haber entrado al baño para darse por vencidos.
Siete horas son suficientes para dejar que tu vida transcurra sin ti, para saberte completamente solo, para decepcionarte de una vez por todas. No sé si vale la pena escribir al respecto.
Llegué a la frontera de Polonia después de las 2 a.m. Llamé a Michal, es todo en lo que había pensado durante ese tiempo. Él estuvo ahí. Así de simple. Aunque siempre me estuviera quejando, estuvo. Hablamos, callamos, esperamos por teléfono. Creo que esa noche no dormimos. Decidí volver a casa.
Y él estuvo ahí, a las 7 de la mañana, con un café en la mano. Llamé a Ola. Tomamos el autobús. Nada me parecía real. Pasamos el fin de semana juntos. Yo no quería ver a nadie. Hice muchas llamadas. No sé qué logró convencerme, pero decidí quedarme. Podría haber tomado un avión ese mismo día, podría haber hecho muchas cosas. A veces yo tampoco me entiendo.
Los siguientes días fueron muy difíciles. La rusa que iba a ayudarme me mandó un mensaje que decía " Moscú no quiere a las personas que se dan por vencidas". Lloré. Por primera vez lloré en brazos de alguien. No dijimos nada. Había poca luz y nos aferramos el uno al otro.
Moscú no cree en las lágrimas.

Y que fue de Monse? (version sin acentos)

En el capitulo anterior:
Monse se corto el cabello, ceno pizza y se fue de fiesta con los amigos de costumbre. Terminaron en un antro para cuarentones que estaba todo vacio, la mitad de los amigos desaparecieron misteriosamente y nuestra protagonista huyo a continuar la aventura nocturna con el paranoico amigo polaco que jamas quiere aparecer en el blog.
Descubrieron los kebabs de Warszawa Srodmiescie, cuya duenia se caracteriza por llevar un complicado chongo de quinceaniera, atacar a los clientes y negarle el alimento a los borrachos. Cruzaron todo el centro para terminar en un bar arabesco, donde les dieron media hora para tomarse la cerveza.
Deambularon por tiempo indefinido, encontraron un antro que abre 24/7, vieron a las personas mas extranias de la ciudad ahi dentro, toda una comunidad de espanioles drogados, tomaron otra cerveza. Por ahi de las 4 se estaban quedando dormidos en un sillon que no inspiraba mucha confianza, asi que se pusieron a bailar.
La fiesta termino a las 7 am, con nuestros personajes sucios, apestosos a cigarro y somnolientos, esperando el camion con personas decentes que se iban al trabajo. En la parada de Plac Wilsona, tuvieron la despedida mas aguada en la historia de la humanidad, con un bello "ya quiero que te vayas" del anonimo participante, seguido por un "abrazo" que mas bien parecia "soy un munieco chino y algun dia sere humano cuando mi creador me corte las rebabas, por eso no se despedirme de la gente".
La mujer de mundo wannabe se trepo al bus, llego a casa y durmio media hora.
Lista para viaje, sin equipaje ni nada.

lunes, 17 de marzo de 2008

ESTUPIDO BOB DYLAN

Siempre tiene que aparecer cuando se me rompe el corazon...... para cuantas desgracias alcanzara su repertorio infernal? Estupido anciano sin direccion a casa. Lo odie en 2006 y lo odio ahora de manera singular. Lo odio.
Buenas noches.

:'(

Odio el abandono de mi blog, odio el internet para ciegos que me presta Michal, odio no poder subir fotos y no contarles todo lo que ha pasado, la parte mas interesante del relato. Van como tres semanas que nomas no escribo, verdad? Vere si me da tiempo de postear mas entradas antes de mi clase.

domingo, 9 de marzo de 2008

Disertacion sobre la comida del supermercado

Se me ocurrio escribir este post despues de prepararme un capuccino, de esos de sobrecito individual. No se si ustedes recuerdan el de Nescafe, el de "clavate en su espuma"..... espuma que jamas vi en todos mis anios de seniorita Nestle. Ah, pues yo estaba preparada para el mismo fraude de antanio (no se confunda con el fraude de Antonio, que ha de ser una pelicula interesantisima, seguramente inexistente, por lo que debe valer doble tenerla en casa...es que estoy en un teclado gringo). A-broel-so-bre-ciii-tooo, pongo el contenido, echo mil kilos de agua (no se espante por mi manera de medir las cosas)... bum!!!! el cafe explota, puedo escucharlo!!! La taza echaba espuma como rabioso en cuaresma, y yo que no sabia para que lado hacerme.
Enorme shock. Esto si es capuccino, no que esos silicatos extranios que compraba en Gigante "cafe del bueno donia, compre dos paquetes y le damos una camiseta roja XXL que dice Nescafe y usted usara -a lo mucho- como pijama de soltera." "Bueno pues, me los llevo, pero conste que la camiseta no pasara en el tercer cajon de mi ropero los proximos cinco anios, senora. Y que jamas se la voy a prestar a Estefania cuando se quede en mi casa".
Pero no es para emocionarse. La verdad es que la mayoria de los productos polacos son casi tan piratas como los de China. Es absurda la cantidad de parientes del conejo Quick que ofrecen sus productos chocolatosos vestidos como vendechicles de los ochentas. Como el oso Quickcao que es como el hijo espurio de Pancho Pantera con el Winnie Pooh ruso. O, lo que es el colmo, la jirafa con cachucha y la camiseta roja esa XXL que no tengo.
Digno de mencion es el caso de la pasta Lubella, la numero 1 en Polonia. Yo lo tome a mofa, pero el dia que me vi orillada a comprarla, llega Michal y me dice "Oh, es mi pasta favorita". Sera que les gusta comer engrudo, porque en eso se convierte, en una masa blanca, pegajosa y dura por dentro no matter how you freakin' boil it.
O las gomitas Haribo, cuyo empaque coincide -curiosamente- con el de los Gummy Baren alemanes. Oh, y me preguntan indignados, "que no conoces las gomitas Haribo?" "em... nou" Ademas estos no tienen tanto glamour y sex appeal como los que compra mi mama en la dulceria, esos tienen boobies y los hay de color indefinido-morado-verde-todosloscoloresalavez. Total, mejor comprar ositas sexosas de a kilo que paquetes imitacion germana que mas bien parecen de condones.
Hay otro misterio por resolver en esta obscena pirateria: Brian me dijo que el conejito rosa de Energizer sale aqui en los comerciales de Duracell o viceversa... no me acuerdo. Llegamos a la conclusion de que se trata de un espia. Pero aca nadie lo nota.
En conclusion, todo producto netamente polaco tiende a ser imitacion deprimente de algun otro conocido. Pero no les va tan mal, al menos no tienen esa Coca-Cola para pobres llamada Kofola que se bebe en Eslovaquia.

viernes, 7 de marzo de 2008

Cuando llego a la parte interesante del relato, me detengo. Tal vez es el temor a que los recuerdos suenen gastados. O sera que aun no estoy lista para escribir lo que sucedio en esas ultimas 48 horas.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Post actual de actualidad

Compre en el super una avena preparada y empaquetada que estaba en el area de los yogures. No, esto no es avena, son como unas bolitas chiquitas y transparentes, pero que saben rico. De hecho, creo que estoy comiendo comida de bebe. La etiqueta tiene como un solesito o emblema chistoso que sonrie y se relame los solares bigotes. Si, se me hace que es para bebe. Me siento estupida.

lunes, 3 de marzo de 2008

Las entradas anteriores fueron cortesía del Mc Donald's de Swietokrzyska. Internet gratis.. wooooooooh! Aquí casi todos los locales lo tienen. Los amo!!

Nuevo look


No se puede comenzar una nueva vida sin un cambio radical. Kasia lo hizo posible. Según esto, que me veo bien y es la revelación del año (el talento de mi amiga, sobre todo)

Listo!

Compré una mochila de trotamundos a precio de capitalista. Es de 80 + 20 litros. Jamás hubiera imaginado que tengo más de 100 litros de equipaje.
Me explico: encontré la tienda YO SO-LI-TA porque alguien cuyo nombre no quiero mencionar para que no se sienta, sólo me dijo: "pues busca en un mapa"....pero bueno, ya no me quejaré porque me había acompañado anteriormente a un centro comercial del otro lado del mundo y me compró comida china.
Llegué a dicho local cercano a plac Narutowicza (me recuerda a una caricatura japonesa que no me gusta aunque jamás la he visto, pero no necesito hacerlo para saber que la desprecio). El local tenía dos números 8/10, cosa muy normal aquí, pero que no tiene sentido en los países civilizados porque, si lo piensan, ¿dónde demonios está el 9? Si lo piensan nuevamente, seguro que el mentado número existe pero no me di cuenta.
Me atendió un doñito de veintitantos. La verdad me dio flojera explicarme en polaco, además de que olvidé como se dice "mochila" en ese idioma. Vi que todo era caro y le pedí una mochila grande y barata. Me mostró una, la quise comprar, me dijo "no no no, pero está esta más barata". Dije "bueno, quiero esta"... "no no no espera", y bajó una más grande y más barata. Dije "bueno, ésta", hizo que me la probara. ¿Quién se prueba una mochila en una tienda? ¿Era acaso para ver si la porto con estilo? ¿Con una espalda arruinada como la mía, creen que algo se puede llevar con estilo? Bueno, ya la compré. Soy muy tonta para las compras y el doñito lo supo, por eso me vendió lo mejor que tenía sin yo pedirlo.
Comenzaré la empacación un día de estos. Ahora, en tiempo del relato, es miércoles. Tengo 2 días y medio.

mmmmmm...

Pues sí, creo que sí eramos felices :)