miércoles, 30 de enero de 2008

Instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight

(Trabajo realizado por Manuel Mandeb por encargo de la agencia de publicidad Vivencia.)

1) Busque la flecha indicadora.
2) Presione con el dedo pulgar hasta que el cartón del envase ceda.
3) Disimule. Soy un joven escritor que no tiene otra ocasión que ésta de conectarse con las muchedumbres. Usted finja que sigue abriendo este estúpido paquete y yo le diré algunas verdades.
4) Los vendedores de elixir nos convidan todos los días a olvidar las penas y mantener jubiloso el ánimo. El Pensamiento Oficial del Mundo ha decidido que una persona alegre es preferible a una triste.
5) La medicina aconseja cosmovisiones optimistas por creerlas más saludables. Al parecer, la verdad perjudica la función hepática.
6) Viene gente. Siga la línea de puntos en la dirección indicada por la flecha.
7) Escuche bien porque tenemos poco tiempo: la tristeza es la única actitud posible que los compradores de este jabón pueden adoptar ante un universo que no se les acomoda. Toda alegría no es más que un olvido momentáneo de la tragedia esencial de la vida. Puede uno reírse del cuento de los supositorios, pero éste es apenas un descanso en el camino. Uno juega, retoza y refiere historias picarescas, solamente para no recordar que ha de morirse. Ese es el sentido original de la palabra diversión: apartar, desviar, llamar la atención hacia una cosa que no es la principal.
8) Conversar acerca de estos asuntos es considerado de la peor educación. Los comerciantes se escandalizan, las personas opti mistas huyen despavoridas, los maximalistas declaran que la angustia ante la muerte es un entretenimiento burgués y los escritores comprometidos gritan que la preocupación metafísica es literatura de evasión. Al respecto, mientras le recomiendo que no deje el paquete de jabón al alcance de los niños, le juro que todo lo que se escribe es de evasión, menos la metafísica: las noticias políticas, los libros de
sociología, los horarios del ferrocarril, los estudios sobre las reservas de petróleo, no hacen más que apartarnos del tema central, que es la muerte.
9) Calcule 100 gr de jabón por cada kilo de ropa sucia.
10) Cuanto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza. Por eso, las exhortaciones a la alegría suelen proponer la interrupción del pensamiento: "es mejor no pensar..." Casi todos los aparatos y artificios que el hombre ha inventado para producir alegría suspenden toda reflexión: la pirotecnia, la música bailable, las cantinas de la Boca, el metegol, los concursos de la televisión, las kermeses.
11) Separe la ropa blanca de la ropa de color. Y entienda que la tristeza tiene más fuerza que la alegría: un hombre recibe dos noticias, una buena y una mala. Supongamos que ha acertado en la quiniela y que ha muerto su hermana. Si el hombre no es un canalla, prevalecerá la tristeza. El premio no lo consolará de la desgracia. Byron decía que el recuerdo de una dicha pasada es triste, mientras que el recuerdo de un pesar sigue siendo pesaroso.
12) No mezcle este jabón con otros productos y no haga caso de los sofistas risueños. Tarde o temprano alguien le dirá: "Si un problema tiene solución, no vale la pena preocuparse. Y si no la tiene, ¿qué se gana con la preocupación?". Confunde esta gente las arduas cuestiones de la vida con las palabras cruzadas. La soledad, la angustia, el desencuentro y la injusticia no son problemas sino tragedias, y no es que uno se preocupe sino que se desespera.
Lloraba Solón la muerte de su hijo. Un amigo se acerca y le dice:
-¿Por qué lloras, si sabes que es inútil?
—Por eso —contestó Solón— porque sé que es inútil.
13) No está tan mal ser triste, señora. El que se entristece se humilla, se rebaja, abandona el orgullo. Quien está triste se ensi- misma, piensa. La tristeza es hija y madre de la meditación. Par- ticipe del concurso "Vacaciones Sunlight" enviando este cupón por correo.
14) Ahora que se fue el jabonero, aprovecharé para confesarle que suelo elegir a mis amigos entre la gente triste. Y no vaya a creer el ama de casa Sunlight que nuestras reuniones consisten en charlas lacrimógenas. Nada de eso: concurrimos a bailongos atorrantes, amanecemos en lugares desconocidos, cantamos canciones puercas, nos enamoramos de mujeres desvergonzadas que revolean el escote y hacemos sonar los timbres de las casas para luego darnos a la fuga. Los muchachos tristes nos reímos mucho, le aseguro. Pero eso sí: a veces, mientras corremos entre carcajadas, perseguidos por las víctimas de nuestras ingeniosas bromas, necesitamos ver un gesto sombrío y
fraternal en el amigo que marcha a nuestro lado. Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa "atención, muchachos, que no me he olvidado de nada".

NOTA: Las instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight fueron rechazadas.


Alejandro Dolina. El libro del fantasma.

6 comentarios:

From the Life and Songs of the Olympian Cowboy dijo...

Este texto evoca mis inicios en el blog. Carteaba con Lauchi hasta la Argentina. Le gustaba cómo escribía, diría que no sé porqué pero sonaría a falsa modestia y no quiero, era linda. Un día en el mensajero me mostró algo de la literatura que la estremecía y así leí esto. Desde hace dos semanas, he tenido presente la cita de Byron, no podía recordar de dónde la había sacado. Puedo decirte que toda la gente que conozco sufre, habita en los caminos de la tristeza y eso, afirmo, no es más que un reflujo del romanticismo; creer que somos únicos porque estamos tristes, que nos conectamos con el ser porque bueno ya sabes... estamos tristes, y no olvidamos. Creo que mi poema es claro enfrentamiento a cada punto de esta lista de Dolina. Estoy en contra completamente de lo que dice, no que no esté de acuerdo en sus percepciones acerca de ser triste, esas las comparto, incluso embono. El asunto es que la felicidad también es humana, no es mejor ni peor que todas las demás emociones. Empiezo a dejar de sonar claro, voy a trabajar.

Llanero solito dijo...

La mayoría de las personas que conozco viven una gran tristeza (incluso yo) y además de ser -como dice geeky writer- "un reflujo del romanticismo" se debe a el sentimiento de soledad que nos quedó después de la conquista de los españoles, Octavio Paz lo define muy bien en "El Laberinto de la Soledad" y si a esto le sumas el hecho de que muchas personas no sabemos claramente lo que queremos y si lo sabemos está muy lejos de conseguir, la tristeza se intensifica, refugiémonos en la belleza.
Saludos monse

Mujer perdida en un estado interno de ebriedad dijo...

Geeky writer :)
claro, no es que me refugie toda la vida en la tristeza, o que pase el día aguantando la respiración para morir más pronto. La felicidad también es humana, como dices. Tal vez cuando eres feliz en lo último que piensas es en escribirlo. Al menos ese es mi caso.

Llanero solito,
Lo peor es eso, saber lo que quieres y saberte lejos de lograrlo. La belleza me parece un excelente refugio en estos casos

From the Life and Songs of the Olympian Cowboy dijo...

Aguantar la respiración, jajaja, recordé mis clases de prepa cuando te cuentan de los movimientos literarios. Que linda que se volcó tu entrada con tanto comentario :) Sin duda creo que es así, cuando uno anda feliz no quiere escribir nada. Me pasó con mi última novia, creo que escriría dos o tres poemas en ese tiempo. Y no está bien, al final queda la impresión de que sólo nos acompaña la tristeza. Hay que escribir también cuando uno es feliz, registrar o_ó
Al menos eso intentaré la próxima vez :P

Me parece una apuesta muy sensata refugiarse en la belleza, la apoyo, Llanero solito.

Unknown dijo...

Yo insito en mi creencia que soy trizte y maniaco depresiva de naturaleza y que, como todo genio, soy incomprendible y las miradas de comprensión que encontramos muy esporadicamente por la vida son, o burlas al pesar ajeno o verdaderos "te lo dije".

Por eso me refugio en la bebida....
y a veces en la comida....

Angel dijo...

Espectaculares narraciones las del libro del fantasma...