sábado, 13 de octubre de 2007

mal que me aqueja no. 4

Desde tiempos inmemoriales me da por herir a la gente en la calle. Les pego, los araño, los empujo, les meto el pie, y casi siempre todo esto sucede dentro del transporte público, aunque existen excepciones.
Recuerdo vívidamente el día en que Alejandra me compró mis Converse morados. Después de ir a San Juan de Dios, decidí tomar el camión para ir a mi casa. Traía colgando una bolsa con los tenis; recordemos que esos zapatos te los dan en una caja pequeña y pesada, además de que los tenis no son la cosa más liviana de este mundo. Bueno, pues me subí y entregué mi transvale como de costumbre. Estaba parada en el pasillo y en eso el camión arranca, mi bolsa agarra vuelo y se estampa con toda la furia de Chuck Taylor en el ojo de una señora (sí, en el ojo) que gritó un OOOOOOOOOrrrrrrrrrrrrrggggggg más horrible y profundo que el mejor rugido de la Mole. Yo grité perdón, pero creo que hasta la fecha no he sido perdonada por la mujer esa. Corrí hasta el último resquicio del camión y bajé la mirada el resto del viaje.
En otra ocasión iba en el bus hacia plaza Galerías e intenté pararme cuando el chofer se lucía con una de sus maniobras peligrosas, entonces moví la mano para darme equilibrio y tómala, que le doy una nalgada a un muchacho. Lo más gracioso es que el joven se asustó en vez de sentirse halagado Jajajajajajaajaja
El día de ayer fui a los outlets de Varsovia a las afueras de la ciudad. Después de realizar un par de compras (nunca, pero nunca compren ropa en Polonia si estiman a sus bolsillos y no quieren que sus padres los corran de casa al llegar el estado de cuenta), tomé el tren de regreso a la ciudad. Al momento de bajar sentí que mi mano chocaba con algo, y me di cuenta de que arañé a una muchacha y la despeiné toditita. Balbucí un insípido sorry (en ese momento no recordé cómo es en polaco) y salí sin mirar atrás.
¿A alguno de ustedes le ha pasado?

2 comentarios:

Mujer perdida en un estado interno de ebriedad dijo...

mmm está bien, asumo que a nadie más le ha pasado

Maximiliano dijo...

Es culpa de las carreritas de camiones en Mexico. Yo me he ido encima de mexicanos por la culpa del conductor y no la mia.
Tambien, por mi cara de extranjero, en Hermosillo, me han dicho que el camion se dirigia a Bahia de Kino venia en media (mano derecha cortando la mano izquierda y dividiendo su anatomia en dos, dedo anular se cruza con pulgar) hora (mano derecha cortando la mano izquierda y diviendo su anatomia en dos, pero en una posicion perpendicular a la anterior). Es que a veces, no hablo español o no parezco hablarlo.
Siempre pienso en que la gente deberia estar como en los siglos donde se juntaban de las manos y no en la barroca donde se separaban continuamente.
Creo que todos aquellos que les molesta este detalle de ser golpeados son barrocos. En cambio, los que disfrutan con un roce pequeño son romanticos (del romanticismo). Acaso, te pregunto Monse, no disfrutas ser una romantica y que la gente sea una barroca malhumorada? No disfrutas hacer eso a proposito?